Todos tenemos aspiraciones en la vida, cosas que soñamos hacer o ser. Pueden ser pequeños propósitos o pueden ser anhelos que requieren años de trabajo. Seguir tus sueños puede no ser fácil, pero vale la pena emprender el viaje porque así es como tu vida cobra sentido.
Lo cierto es que nunca lograrás una meta a largo plazo con sólo sentarte y soñar despierto. Necesitas suficiente planeación, motivación y autodisciplina para lograrlo.
Los siguientes seis pasos te ayudarán a comprometerte para trabajar en tu visión, planificar cuidadosamente y mantenerte enfocado durante meses, años o incluso décadas hasta alcanzar el éxito y hacer tus sueños realidad.
El éxito puede significar algo diferente para cada persona. Si tienes una ambición, un sueño o un propósito que quieres alcanzar, necesitas adoptar la mentalidad correcta y definir objetivos sólidos. Además, es importante que te mantengas enfocado y motivado durante todo el proceso.
Cuando te encuentres con un fracaso, tendrás que encontrar la fuerza para levantarte y seguir adelante. Con el tiempo y esfuerzo necesarios, descubrirás que es posible alcanzar tu propia definición del éxito.
Ten en cuenta que no existe una fórmula secreta ni una combinación perfecta de ingredientes que puedan garantizar el éxito. Lo que ha funcionado para otras personas, no necesariamente funcionará para ti. Pero existen algunos pasos básicos que puedes seguir para mejorar tus posibilidades de tener éxito en la vida, en tus relaciones personales, en el trabajo, en tu negocio o en cualquier aspiración que sea importante para ti.
1. Define un propósito que te conduzca al éxito.
¿Cómo puedes saber si vas por el camino correcto si no tienes un destino claro?
Para cada persona tener éxito representa algo diferente. Para ser exitoso necesitas tener claramente definido qué significa el éxito en tu caso particular. A grandes rasgos, el verdadero éxito viene de lograr metas que sean significativas para ti, y que te ayuden a tener plenitud y felicidad.
Intenta escribir tu propia definición del éxito, ya sea obtener un empleo haciendo cierta actividad que disfrutas, vivir en una área de tu ciudad que te gusta mucho, tener la posibilidad de viajar, o formar una familia feliz, entre muchas otras alternativas.
Pregúntate: ¿Qué es lo que te hace más feliz en la vida? ¿Quieres pasar tiempo con tu familia, viajar, hacer deporte, practicar un hobby? ¿Qué harías si el dinero no fuera una preocupación? Después plantéate cuál es el siguiente paso que necesitas llevar a cabo para acercarte un poco más a esa meta.
Tal vez quieras ser escritor, porque te imaginas viajando por el mundo para promocionar tu libro, dando conferencias y recibiendo mucho dinero en regalías. Pero esta noción idealista poco tiene que ver con la realidad de escribir un libro, ya que es un trabajo arduo, que conlleva muchas horas de redacción, edición y negociación con alguna editorial; para luego promover incansablemente tu libro usando tu propio dinero. La idea no es desanimarte, sino dejar claro que necesitas estar motivado por algo más que ideales. Necesitas ser apasionado por tu sueño, lo suficientemente apasionado como para superar los momentos difíciles y esforzarte por seguir adelante incluso cuando la dura realidad te golpee.
Identificar las actividades que te gusta hacer y que te dan satisfacción te puede ayudar para encontrar el propósito de vida que te llevará al éxito. Porque cuando llevas a cabo tareas que disfrutas, que encuentras significativas, o cuando te complace admirar los frutos positivos de tu trabajo, entonces te estás dejando impulsar por la motivación intrínseca. Y esto es muy bueno. Varias investigaciones han demostrado que la motivación intrínseca tiende a ser un mejor predictor de la calidad del desempeño de las personas, que cuando sólo trabajan por dinero o recompensas externas.
Es mucho más fácil persistir en una meta a largo plazo que está relacionada a algo que te gusta hacer, ya que cada acción en sí misma te brindará la motivación que necesitas a lo largo del camino.
2. Crea una visión a largo plazo.
Tener una visión a largo plazo puede ayudarte a refinar aún más tu propósito. ¿Dónde quieres estar dentro de 5, 10 y 20 años? ¿Qué puedes hacer hoy para comenzar el camino que te acerque a ese sueño?
Imagina tu vida ideal. Cierra los ojos, visualízate y plasma tu futuro por escrito. Intenta hacerte preguntas como:
- ¿Qué carrera o labor estás ejerciendo?
- ¿Dónde vives?
- ¿Quién está contigo?
- ¿Cómo luces?
- ¿Qué llevas puesto?
- ¿Cómo te sientes?
Incluso puedes intentar escribir tu día ideal, de principio a fin, empezando por la hora en que te levantas y cada una de las tareas que realizas.
Una meta a largo plazo puede parecer imposible de alcanzar de alcanzar, especialmente si requiere años de trabajo. Hay mucha gente que se da por vencida simplemente porque les llevaría demasiado tiempo lograr su objetivo. Pero si divides un gran sueño en varias etapas y metas más manejables, podrás enfocarte más fácilmente en cada una de ellas.
Algo que te puede ayudar es expresar un sueño general como «quiero enseñar idiomas» en un objetivo más específico, medible y con una fecha límite. Un ejemplo de una meta realista puede ser: «Dentro de 5 años quiero ser profesor de Inglés en el instituto de lengua extranjera.»
Piensa en las habilidades que vas a necesitar para lograr esta meta. Si te da miedo hablar en público, tendrás que trabajar para sentirse a gusto hablando frente a los estudiantes, ya que es parte del proceso para lograr tu sueño.
Para ser profesor tendrás que estudiar, practicar y completar un curso para docentes, además de aprobar algunos exámenes internacionales para certificarte como maestro en el idioma Inglés. Después tendrás que buscar oportunidades para dar clases. ¿Qué otras etapas habrá? ¿Cuánto tiempo te llevará todo el proceso? En tus manos está averiguarlo.
Además, necesitarás un plan para cada una de las etapas de tu objetivo a largo plazo. No te preocupes de tener que formular estos planes ahora, todos a la vez. Algunos vendrán más tarde. Lo importante es que seas organizado, que sepas lo que tiene que hacer y que veas cómo tus tareas diarias o semanales encajan en el panorama general.
3. Mantente enfocado y desarrolla tus habilidades.
Las investigaciones realizadas por la psicóloga Carol Dweck sugieren que hay dos mentalidades básicas que influyen en la forma en que las personas se ven a sí mismas y a sus capacidades: la mentalidad fija (fixed mindset) y la mentalidad de crecimiento (growth mindset).
Las personas que poseen una mentalidad fija creen que su inteligencia y talentos son estáticos e inamovibles. Ellos creen que el éxito no es el resultado del trabajo duro, sino simplemente una consecuencia de la suerte. Al pensar que les falta la habilidad innata necesaria para sobresalir, tienden a rendirse más fácilmente ante los desafíos.
Por otro lado, aquellos que tienen una mentalidad de crecimiento, sienten que pueden cambiar y aprender si se esfuerzan lo suficiente. Al tener la convicción de que son capaces de crecer, tienen más probabilidades de alcanzar el éxito, porque constantemente buscan maneras de mejorar sus habilidades y seguir trabajando, aún cuando las cosas se pongan difíciles.
Lo cierto es que para que tú puedas hacer tus sueños realidad, tendrás que mantente enfocado en tus metas por el tiempo que sea necesario. El enfoque puede ser fácil cuando se trata de metas a corto plazo, las cuales tienen un resultado rápido. Sin embargo, para las metas a largo plazo, puede ser más difícil mantener la motivación.
Por eso, uno de los rasgos clave de las personas exitosas es que son capaces de mantenerse enfocados en sus objetivos. Esto requiere autodisciplina, lo que implica seguir trabajando para lograr tu meta aunque no siempre tengas ganas de trabajar. Significa tomar un libro y empezar a leer, cuando prefieres sentarte en el sofá y ver la televisión.
Desarrollar buenos hábitos te puede ayudar a avanzar todos los días, sin importar las circunstancias o tu estado de ánimo. Despierta más temprano para leer o escribir cada mañana, a la misma hora. Define una hora para hacer veinte minutos de ejercicio vigoroso tres veces por semana. Si te distraes constantemente con el Internet, apaga tu wi-fi cuando necesites estudiar o trabajar. Si las tareas urgentes y cotidianas te impiden cumplir con tu plan, dedica tu tiempo libre o los fines de semana.
Establece un lugar tranquilo para trabajar, donde estés libre de distracciones. Pide a tus familiares y amigos que no te molesten mientras trabajas, y concéntrate en una sóla tarea a la vez. Si el agotamiento te alcanza, puedes tomar descansos de 5 minutos por cada hora de trabajo para tomar agua, hacer estiramientos, enfocarte, y así seguir avanzando de manera productiva en ese proyecto apasionante que te llevará a concretar excelentes resultados.
4. Aprende del fracaso y de los obstáculos.
Es probable que te encuentres con algunos obstáculos o fracasos en el proceso de alcanzar tus sueños. Pero no tienes porqué dejar que ningún contratiempo descarrile tus planes. Sólo tienes que aprender a ver los fracasos como lecciones de vida, y lidiar con ellos de manera constructiva.
Un fracaso no cierra todas las puertas. Puede cerrar algunas, pero otras siguen abiertas. Tal vez, tu plan para convertirte en un cantante de ópera fracasó, pero eso no significa que una carrera en la música esté fuera de tus posibilidades. Quizás tienes la preparación necesaria para cantar en un coro, o tal vez puedas usar tus habilidades musicales para convertirse en profesor de canto.
A veces es necesario hacer ajustes y ser flexibles. Imagina un aspirante a medicina que por varios años no ha sido admitido. Quizá en vez de seguir intentando ir por el mismo camino una y otra vez sin éxito, debería intentar algún camino alterno, como entrar a la escuela de enfermería.
A veces, los fracasos son una excelente oportunidad para crecer y seguir mejorando. En lugar de deprimirnos por un contratiempo, lo mejor es hacer un análisis de lo ocurrido, determinar los principales factores del fracaso, y asegurarnos de no cometer los mismos errores en el futuro.
¿Has notado que las personas exitosas son aprendices constantes? Leen, analizan, encuentran nuevas y más eficientes formas de hacer las cosas. Saben que el crecimiento como persona está vinculado al aprendizaje; siempre que se encuentran con un problema, investigan la mejor solución que esté a su alcance y la llevan a cabo.
Practicar buenos hábitos de trabajo, repasar tus metas y celebrar tus avances, puede ayudarte a mantener tu enfoque. Cuando tengas momentos de duda, piensa en la razón que te motivó a perseguir tu objetivo en un principio, y no pierdas de vista tu visión a largo plazo.
Rodéate de amigos, familiares, compañeros de trabajo y colegas de confianza, que saquen lo mejor de ti. Ellos pueden ser una red de apoyo invaluable para tu crecimiento.
Cuando sea necesario, pide consejo a las personas en quienes confías, escúchalos y trata de ser lo suficientemente humilde para reconocer tus errores.
5. Repasa tus metas y celebra tu progreso.
En el camino hacia lograr tus sueños a largo plazo, es necesario que revises periódicamente tu situación actual. A veces, nos encontramos con que nuestros deseos cambian con el tiempo. Tal vez comenzaste en el camino de convertirte en un cantante de ópera, pero después de un tiempo, descubriste que simplemente no te gusta tanto como creías. Puede que sea el momento de replantear tu objetivo.
Vuelve a consultar tu visión a largo plazo y pregúntate si algo ha cambiado. A veces los objetivos necesitan un reinicio completo y puede ser necesario reevaluar lo que quieres en la vida. En otras ocasiones, nuestros objetivos pueden necesitar sólo pequeños ajustes. Tal vez tu objetivo general sigue siendo casi el mismo, pero quieres hacer un pequeño cambio de enfoque.
De cualquier manera, es necesario que constantemente verifiques que vas por el rumbo correcto y reconozcas tus avances. Parte de la alegría de lograr tu sueño está en el camino. Disfrútalo. Asegúrate de celebrar cada vez que te acerques un poco más a tu meta a largo plazo. Reconocer el progreso nos ayuda a mantenernos motivados, sobre todo cuando el objetivo a largo plazo implica un trabajo de años o décadas.
Cuando revises tu progreso, presta atención también en lo que has aprendido y en cuánto has crecido, en lugar de sólo enfocarte en los resultados que has conseguido. Algunos estudios muestran que obtenemos más motivación si vemos cada logro como aprendizajes obtenidos que nos llevan a estar cada vez más preparados para lo que vendrá.
6. Desarrolla la autodisciplina.
En un estudio que duró varias décadas, los psicólogos observaron y recopilaron datos de un grupo de niños que fueron identificados por sus maestros como altamente inteligentes. Al comparar cómo les fue a estos individuos a lo largo de la infancia y en la edad adulta, los investigadores encontraron que aquellos que en última instancia eran los más exitosos en la vida, compartían algunas características clave que los individuos menos exitosos no tenían, incluyendo la perseverancia y la fuerza de voluntad.
Estas características tienden a ser parte de la personalidad general de una persona, pero también son aptitudes que se pueden mejorar. Tener la paciencia para retrasar la gratificación, aprender a persistir frente a los desafíos y esperar las recompensas del trabajo duro son algunos de los factores más determinantes del éxito en la vida.
La fortaleza mental es la resistencia que tienen algunas personas para seguir adelante y continuar intentándolo incluso ante los obstáculos. Las personas que poseen esta fortaleza ven los desafíos como oportunidades. También sienten que tienen control sobre su propio destino, confían en sus habilidades para tener éxito y se comprometen a terminar lo que empiezan.
Sigue intentándolo incluso cuando encuentres muchos contratiempos o el camino parezca imposible. Enfócate en las opciones que tienes a tu alcance para desarrollar tus habilidades y seguir avanzando.
A medida que vayas tomando acción en los diferentes proyectos que te llevarán a alcanzar tus sueños, asegúrate de saber siempre qué hacer a continuación. No estar seguro del próximo paso es una causa común de que mucha gente se estanque en su progreso hacia una meta. Así que cada semana revisa tus listas de proyectos para ver qué tareas se aproximan, y asegúrate de que estarás listo para cada una de ellas.
Recuerda que la fuerza de voluntad es una habilidad que se puede construir, pero requiere tiempo y esfuerzo. Empieza por lograr pequeñas metas que requieran fuerza de voluntad, como resistirte a los bocadillos azucarados o a las bebidas gaseosas. A medida que desarrolles tu capacidad de usar tu fuerza de voluntad para lograr estas pequeñas metas, tal vez descubras que tu fuerza de voluntad se hace cada vez más fuerte cuando trabajes en metas mucho más grandes.
Compártenos algún logro significativo que te haya acercado un poco más a tus sueños. ¿Qué otras claves para alcanzar el éxito te han dado buenos resultados?
Una recomendación adicional que me gustaría compartir contigo es que conozcas el proceso que han seguido las personas que han logrado sus sueños y te dejes inspirar por sus historias. Averigua las lecciones que ellos han aprendido en su viaje y las experiencias que tú puedes modelar para alcanzar tus sueños. Puedes conocer a otros soñadores exitosos leyendo sus biografías, viendo documentales o leyendo sobre líderes auténticos y personajes sobresalientes en Internet.
Hacer tu sueño realidad es posible. Empieza por reflexionar y definir tu sueño mediante una lluvia de ideas sobre tus objetivos, tus éxitos y fracasos pasados, y lo que te hace feliz. Luego pasa a comprometerte con tu objetivo tomando medidas. Desglosa tu sueño en tareas prácticas que te ayuden a comenzar de inmediato y a seguir avanzando.
Y si a lo largo de toda la semana, sólo has logrado dedicar 15 minutos a tu sueño, eso es bueno. Recuerda que lo más importante no es cuán rápido vayas, sino que sigas avanzando sin detenerte. Seguir avanzando es una de las mejores maneras de mantenerte motivado.
Empieza a tomar acción en cada pequeño paso que te acercará hacia tu objetivo, manteniéndote en la dirección correcta sin importar cuánto tiempo te lleve lograrlo.