Una de las mayores dificultades en la vida es aprender a mantenerte motivado para lograr los resultados que buscas, sin dejarte atrapar por las garras de la rutina, la cual pudiera provocarte un sentimiento de que la vida pierde su sentido en general. Y es que si no te sientes inspirado para realizar ciertas tareas que tienes que hacer, se vuelve muy difícil llevarlas a cabo. Y la falta de ganas de hacer las cosas, se puede convertir en un obstáculo para obtener un buen desempeño en tu trabajo, en tus estudios y en tu vida en general.

Por eso, aprender a encender tu motivación, te traerá la fuerza para luchar y sacar a flote tus proyectos, ya sea en el plano sentimental, laboral o profesional. Intentar avanzar sin sentirte motivado es como querer hacer que un automóvil con motor de combustión, avance sin gasolina. Si deseas mejorar tu desempeño, te voy a compartir una serie de consejos que te ayudarán a avanzar con consistencia. Presta atención a todo este vídeo porque mucho de lo que vas a aprender te permitirá ver tus tareas pendientes desde una perspectiva diferente. Porque no nos vamos a quedar sólo en la reflexión, sino que vamos a darte acciones concretas, prácticas y aplicables, para que eleves tu motivación y puedas ser constante y disciplinado con tus proyectos.

Podemos decir que hay dos tipos de motivación que se complementan entre sí:

1) La Motivación intrínseca, basada en factores internos como los logros ganados a través de la voluntad propia. Como cuando te trazas la meta de dejar atrás un mal hábito o adquirir un conocimiento por la mera satisfacción de lograrlo.

2) La Motivación extrínseca, relacionada más a los sentidos físicos, ya que tiene que ver con los resultados que puedes ver y palpar. Aquí entra el mejorar tu situación económica, tu estatus social y algún cambio en tu apariencia, entre otros logros externos visibles.

Es fácil sentirte motivado cuando sabes que vas a recibir dinero en el corto plazo o cuando te amenazan con despedirte de tu empleo si no terminas tus asignaciones. Pero este tipo de motivación, al ser externa, es pasajera y no te ayuda a alcanzar logros a largo plazo. En cambio, si la motivación viene de un deseo interior de ser mejor cada día y de la satisfacción personal, se vuelve una fuerza constante que te permite seguir enfocado en el largo plazo, a pesar de que al principio no recibas ninguna remuneración económica por tus actividades.

Pero la motivación no es sólo un sentimiento que aparece cuando haces algo que te guste y se va cuando te aburres. En realidad tú tienes la oportunidad de controlarla para usarla a tu favor cuando la necesites. Lo importante es encontrar el equilibrio y combinar ambos tipos de motivación, como si se tratara de mezclar combustible con oxígeno para empujar el cohete que te permitirá despegar hacia el firmamento.

Entonces, vamos a ver cuáles son los pasos que te ayudarán a crear la automotivación que te ayudará a completar efectivamente todas tus tareas y metas.

  1. Encuentra tu entusiasmo.
  • Para dominar los pensamientos negativos que surgen cuando no tienes ganas de realizar tus actividades o proyectos, basta con usar tu mente y recurrir a la memoria. Recordar las razones sobre el porqué haces esto, te ayudará a tomar un mayor compromiso en tus tareas, y te harás más consciente de la importancia de tu trabajo. Entre los recursos en los que puedes apoyarte está la voz con la cual puedes decir en voz alta tus deseos; o puedes escribirlos, utilizando un tablero con imágenes que representen los objetivos que quieres lograr en tu vida. Ahí podrás mirar y recordar lo que realmente te importa y cómo el esfuerzo siempre valdrá la pena. Muchas personas diseñan un tablero de sueños que les ayuda a inspirarse para lograr sus metas a 5, 10 o 20 años. ¿Estás listo para diseñar el tuyo?
  • Pero esta no es la única manera de impulsar tu entusiasmo. Pese a que el trabajo en algunas ocasiones puede ser pesado, tedioso o complicado, a veces ayuda mantener una buena organización para dividir el trabajo en segmentos más pequeños y fáciles de manejar. Esta manera de priorizar tus obligaciones te ayudará a ponerte en movimiento más rápido, y a trabajar en algo concreto, ya que reconoces las actividades que debes hacer primero. Esto te permitirá avanzar constantemente, un día a la vez. Por ejemplo, en vez de pensar “Tengo que trabajar toda la mañana para escribir un ensayo”, mejor planea algo como: “Escribiré 10 párrafos de manera enfocada durante los siguientes 40 minutos, luego tomaré un pequeño descanso y continuaré”. Así te darás cuenta de que con la planificación de tus actividades podrás estar más tranquilo y enfocado, e incluso, hasta obtener un poco de tiempo libre.
  • En vez de ver tu trabajo como algo aburridísimo, tedioso o hasta difícil, opta por traer emoción a la hora de trabajar. Tú tienes el poder de convertirlo en algo divertido a través de propuestas innovadoras y claro, ganas de desarrollar buenos hábitos productivos. Por ejemplo, si tu trabajo es redactar textos, puedes intentar empezar por el final, luego el desarrollo y al último escribir la introducción. También puedes empezar por dibujar un mapa mental con las ideas generales y luego ir escribiendo ideas concretas para llenar los espacios. O puedes invitar a un amigo a hacer una competencia para ver quién termina más rápido su redacción, entre otras maneras de crear un ambiente más entretenido en tu día.
  • La manera en que ves el trabajo influye mucho en el desempeño de tus actividades. Por lo tanto, es vital que te mantengas en un constante estado de creatividad si quieres hacer de ti una persona que no sienta el trabajo como si estuviera pagando una condena, y también lograr cumplir con los objetivos que quieres alcanzar. Y no hay una cosa más motivadora al realizar una actividad que saber que por medio de un esfuerzo, se gana una recompensa, aunque este tipo de recompensa sea otorgada por ti mismo al concretar una tarea específica. Darte permiso de hacer una actividad de tu agrado como un paseo en bicicleta, comer un refrigerio, tocar un instrumento musical, dibujar o realizar algún hobbie son algunos ejemplos de premios motivadores. Estos momentos tienen como fin crear en ti el sentido de que todo trabajo trae consigo una compensación. Así que establece una pequeña recompensa por cada pequeño logro que realices.
  • Si has trabajado por largas horas, considera tomar descansos ocasionales para evitar el agotamiento, porque el exceso de trabajo disminuye tu productividad. Haz esto por ejemplo: por cada hora de trabajo, tómate 5 minutos de descanso para caminar un poco o hacer estiramientos. Puedes programar alarmas a lo largo del día para recordarte hacer pausas breves, y descansar más los fines de semana para sentirte renovado y así empezar con toda la energía la próxima semana. Por otra parte, también trata de no realizar múltiples tareas a la vez, o distraerte revisando tu correo electrónico o tu teléfono en esos periodos de enfoque.
  • La automotivación viene cuando entiendes que para desarrollar tu desempeño laboral de una manera óptima, es necesario creer en ti mismo primero. Promueve un espíritu de trabajo y la autoconfianza al saber que puedes lograr cualquier meta que te traces. En diversas ocasiones, sentirás que tus tareas son difíciles, pero en vez de dejarte apoderar por este tipo de pensamientos, es mejor buscar lo bueno que tiene cada situación. Piensa por ejemplo que por más retante que sea una actividad, al final te llevarás una gran enseñanza y un enorme aprendizaje que te acompañará y podrás aprovechar en el futuro.

2. Alimenta tu sentimiento de responsabilidad.

  • Un amigo de confianza para mostrarle tu trabajo, puede sumar un saldo positivo para ti, ya que esa persona revisará todo lo que has hecho en cuanto al trabajo se refiere y añadirá nuevas ideas. Esto te hará notar errores de los que no te habías percatado y te animará para impulsarte hacer un mejor trabajo. En resumen, sería una retroalimentación honesta y constructiva por la cual estarías ganando más conciencia de tus habilidades gracias a los comentarios de alguien más. Así que coméntale a un amigo de confianza que en una fecha límite le vas a entregar un avance de tu trabajo para que te comparta lo que piensa, o qué cambios haría. Claro está que sus comentarios sólo serían una opinión personal, y eres tú quien tendrá la decisión final sobre tu proyecto.
  • Un recurso muy útil que te puede ayudar para recordar los asuntos pendientes es armar una lista de tareas. Esto te ayudará para que no se te olvide ningún compromiso o asignación importante que tengas que realizar. Además, cada vez que marques como finalizada una tarea específica,  sentirás una gran sensación de satisfacción que despertará en ti el deseo de continuar con tu próximo proyecto.
  • Entre muchas cosas que puedes hacer para mantener avivada la motivación de cumplir a tiempo con tu trabajo, unirte a un grupo de trabajo te puede ayudar bastante. Una comunidad online o física te brindará ese apoyo profesional que a veces hace falta para llevar a cabo tus objetivos. Trata de buscar información de quiénes o dónde se organizan actividades relacionadas a tu ámbito laboral. A través de las redes sociales puedes encontrar información sobre algún centro comunitario local. Esta idea además te permitirá crear amistades y alianzas sobre temas que a lo mejor no entendías, pero gracias a la ayuda de tus compañeros puedes abordar con más eficacia el proyecto que estás realizando, y sin duda el trabajo en compañía puede ser más divertido que hacerlo solo.
  • Los hábitos no se construyen solos, debes poner de tu parte para dejar que formen raíces. Es como cultivar una planta que necesita de una persona que se encargue de ella cada día hasta llegar al momento en que florece. Así mismo, los hábitos funcionan si te esfuerzas por nutrirlos hasta que den fruto. En pocas palabras, crear una rutina positiva para ti es posible si mantienes la constancia de hacer las mismas actividades productivas todos los días sin falla, y determinar una hora especial para realizarlas. Por ejemplo, si entre tus proyectos está crear tu sitio web, dedícale una o dos horas cada tarde a trabajar en el código fuente. Además, descubre a qué hora del día trabajas mejor. Si sientes que por la mañana tienes suficiente energía, no lo pienses mucho y programa las tareas más difíciles en ese horario. Recuerda que los hábitos son fundamentales también para ejercitar tu resiliencia. Es decir, sin importar cómo te sientas, si estás de mal humor o con pereza, intenta cumplir con tu horario de trabajo planeado. Verás que tu sacrificio valdrá la pena cuando empieces a disfrutar de los resultados de tu esfuerzo.

3. Anticípate a los imprevistos.

  • La perfección no existe, es sólo un concepto utópico. La vida está marcada por momentos tristes y felices que cada persona experimenta a lo largo de su existencia. Pero pronosticar el futuro es algo incierto, en cambio, anticiparse a posibles problemas que puedan surgir de acuerdo a experiencias pasadas, es mucho más fácil porque tienes un panorama más real. Por ejemplo, si trabajas desde casa, puedes prevenir los posibles obstáculos que aparecerán, desde una interrupción eléctrica, una desconexión de Internet, hasta una caída de tu computadora, serían unas de tantas situaciones desfavorables que pueden presentarse. Por lo tanto, es bueno planificar para no ser víctima de los contratiempos, como tener respaldos de tus archivos importantes y poder recurrir a un amigo o a un café Internet para terminar tu tarea, son alternativas que debes de tener listas. No se trata de ser un paranoico o fatalista, sino de aprender a gestionar los problemas a través  de la preparación. Muchos accidentes son evitables si se tiene precaución o se tiene pensado un plan para cuando ocurran desagradables imprevistos.
  • Más allá de trabajar duro y querer avanzar a marchas forzadas sin siquiera detenerte a pensar en cómo estás llevando a cabo tus actividades, es bueno optimizar y planear bien. Establecer objetivos específicos y métodos de trabajo eficientes te ayudará a tener una mejor motivación en el largo plazo. Por ejemplo, cuando sabes que al concretar una actividad específica, conseguirás un resultado palpable. como decir: “Estas semanas de trabajo enfocado me permitirán ahorrar el dinero para viajar con mi familia en las vacaciones de verano”. Este es uno de tantos escenarios que te pueden traer motivación, pero también debes de tener cuidado de no caer en la distracción de soñar sólo en las metas, sino estar enfocado en el proceso.
  • También puedes dejarte inspirar por el ejemplo de otra persona que sea un modelo a seguir por haber logrado metas específicas similares a las tuyas. Un modelo a seguir no necesariamente tiene que ser una persona famosa, tal vez sientes afinidad con las historias de algunas personas en tu círculo cercano, ya sea tu jefe, amigo, profesor o incluso alguien de tu núcleo familiar. Pregúntales cómo hicieron para tener éxito, y toma nota de los momentos clave para que te sirvan de motivación extra para que tu también puedas alcanzar el éxito.  
  • No siempre podrás alcanzar todas tus aspiraciones en el corto o mediano plazo. Y evidentemente, no hay un manual que te indique a la perfección todo lo que tienes que hacer para enfrentar los momentos inciertos de la vida. Por lo tanto, cuando no veas que progresas tan rápido como lo esperabas, o encuentres un obstáculo en tus planes; cuando la frustración llegue y te desincentive de seguir esforzándote; cuando tengas ganas de rendirte; lo mejor es saber gestionar tus expectativas. Si el panorama comienza verse poco alentador puedes ajustar tus objetivos a largo, mediano y corto plazo para que veas cómo vas avanzando.  Porque el mayor riesgo para tu motivación es perder la confianza en ti y tus capacidades.

La motivación aviva el espíritu y la voluntad de hacer cualquier cosa, dándote esa energía especial que te ayudará a cumplir tus propósitos. Pero al mismo tiempo, los pequeños logros y tu esfuerzo diario, te permitirán mantener encendida esa llama de entusiasmo y pasión por lo que haces. Constantemente aparecerán obstáculos externos e internos que pueden fácilmente distraerte de tus actividades, metas, aspiraciones y sueños. Por eso debes ser consciente de cuáles son los motivadores internos y externos que te dan la fuerza para seguir avanzando con ritmo y dirección.

En pocas palabras, la motivación representa un conjunto de emociones que te permiten llevar a cabo las acciones diarias que necesitas para avanzar en tus proyectos. Y esas emociones se alimentan de la satisfacción de los pequeños logros que lleves a cabo gracias a tus acciones diarias. ¿Te das cuenta cómo las emociones y acciones positivas se alimentan entre sí?

Así que recuerda alimentar constantemente tu motivación personal para que puedas permanecer en el camino correcto, por el tiempo que sea necesario hasta lograr los resultados que deseas.

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